…Cada vez que tenemos una corazonada de que sabemos que algo es verdad, eso es realismo afectivo. Cuando oímos una noticia o leemos un reportaje en los que creemos de inmediato, eso también es realismo afectivo. O si rechazamos de inmediato un mensaje o incluso si nos desagrada el mensajero, eso también es realismo afectivo. A todos nos gustan las cosas que respaldan nuestras creencias, y normalmente nos desagradan las que las violan.

El realismo afectivo hace que sigamos creyendo algo, aunque las pruebas lo pongan en tela de juicio. No es por ignorancia o malevolencia; es simplemente una cuestión del cableado y el funcionamiento del cerebro. Todo lo que creemos y todo lo que vemos está teñido por la acción del cerebro para equilibrar nuestro presupuesto.

Cuando el realismo afectivo no se controla, la gente está totalmente segura y es inflexible. Cuando dos grupos opuestos creen profundamente que tienen razón, libran escaramuzas políticas, batallas ideológicas y hasta guerras…

La vida secreta del cerebro
Lisa Feldman Barret