– Por favor siéntense.

– Gracias.

– Los profesores han presentado quejas sobre Alex así que, el director del colegio ha pensado que era buena idea que les citara para hablar.

– Bueno, Alex está en una etapa difícil, pero mi hijo es un buen niño.

– Bueno quizás lo sea en casa pero, no en el colegio. ¿En su casa ha habido algún cambio?

– Pues, los gemelos claro.

– ¡La tele!

– El otro día Alex y sus amigos le robaron un pollito a un compañero de clase.

– Jeje.

– Disculpe, ¿tiene la menor idea de lo que significa eso?

– Oh sí, le encantan los animales.

– Los niños como Alex, banalizan la violencia. Suelen empezar triturando a animales pequeños por curiosidad, se sienten poderosos, creen que pueden decidir sobre la vida y la muerte.

– Mi Alex no.

– Entiendo que es dificil educar a un niño hoy en día. Vivimos en un mundo en el que, si riñes a tu hijo, a tu propio hijo en público, la gente sospecha que le maltratas. Estamos criando a una generacion de tiranos en potencia que no entienden que no, significa no. Están tan acostumbrados a que se les concedan todos sus caprichos de forma inmediata que son incapaces de asimilar lo contrario, por lo que reaccionan de forma violenta. El problema es que el berrinche de un niño de 3 años no es el berrinche de uno de 16 años. Los niños necesitan que se les corrijan, necesitan que se les eduque y a veces la educación implica frustración, implica que hay que negarles cosas, implica que hay que enseñarles que no son el centro del universo, que el mundo no gira entorno a ellos. Que hay reglas que deben cumplirse y que, les guste o no, si no cumplen esas reglas habrá consecuencias.

De mayor quiero ser soldado (2011)