Ima­gi­nen una gran explo­sión cuando estás a 900 mts de altura Ima­gi­nen un avión lleno de humo.Imaginen un motor haciendo clac, clac, clac, clac, clac, clac, clac. Suena ate­rra­dor.

Bien, yo tenía un asiento único ese día. Estaba sen­tado en el 1D. Era el único que podía hablar con los asis­ten­tes de vuelo. Así que de inme­diato los miré, y dije­ron: “No hay pro­blema. Pro­ba­ble­mente gol­pea­mos algu­nas aves”. El piloto ya había virado el avión, y no está­ba­mos tan lejos. Se podía ver Man­hat­tan.

Dos minu­tos des­pués, Tres cosas suce­die­ron al mismo tiempo. El piloto ali­neó el avión con el río Hudson.Generalmente esa no es la ruta. (Risas). Apagó los moto­res. Ima­gi­nen estar en un avión y sin rui­dos. Y luego dijo tres pala­bras — las tres pala­bras más desapa­sio­na­das que haya escu­chado. Dijo, “Pre­pa­rarse para el impacto”. No tuve que hablar más con la asis­tente de vuelo. (Risas) Pude verlo en sus ojos, era terror. La vida se terminaba.

Quiero com­par­tir con uste­des tres cosas que aprendí sobre mí mismo ese día. Aprendí que todo cam­bia en un ins­tante. Tene­mos esta lista de cosas para hacer antes de morir, estas cosas que que­re­mos hacer en vida, y pensé en toda la gente a las que que­ría lle­gar y no lo hice, todas las cer­cas que que­ría repa­rar, todas las expe­rien­cias que he que­rido tener y nunca tuve. Mien­tras pen­saba en eso más ade­lante, Me vino una frase, que es, “Colec­ciono vinos malos”. Por­que si el vino está listo y la per­sona está ahí, lo voy a abrir. Ya no quiero apla­zar nada en la vida. Y esa urgen­cia, ese pro­pó­sito, real­mente ha cam­biado mi vida.

Lo segundo que aprendí ese día — y esto es mien­tras evi­tá­ba­mos el puente George Washing­ton, que no fué por mucho — Pensé sobre, wow, Real­mente siento un gran pesar. He vivido una buena vida. En mi huma­ni­dad y con mis erro­res. He tra­tado de mejo­rar en todo lo que hice. Pero en mi huma­ni­dad tam­bién dí lugar a mi ego. Y lamento el tiempo que des­per­di­cié en cosas que no impor­ta­ban con gente que sí impor­tan. Y pensé en mi rela­ción con mi esposa, con mis ami­gos, con la gente. Y des­pués, como medité en eso, Decidí eli­mi­nar la ener­gía nega­tiva de mi vida. No es per­fecta, pero es mucho mejor. En dos años no he tenido una pelea con mi esposa. Se siente de mara­vi­lla. Ya no trato de tener razón; Elijo ser felíz.

Lo ter­cero que aprendí — y esto es como que tu reloj men­tal va des­con­tando, “15, 14, 13″. Ves el agua apro­xi­marse. Estoy diciendo, “Por favor vuela”. No quiero que esto se rompa en 20 pie­zas­como se ven en esos docu­men­ta­les. Y mien­tras bajá­ba­mos, tuve la sen­sa­ción de, wow, morir no da miedo. Es casi como que hemos estado pre­pa­ran­do­nos para ello toda nues­tra vida. Pero fue muy triste. No me que­ría ir; amo mi vida. Y esa tris­teza se enmarcó en un único pen­sa­miento, que es, sólo deseo una cosa. Ojalá pudiera ver a mis hijos cre­cer.

Un mes más tarde, estaba en una actua­ción de mi hija — pri­mer grado, no mucho talento artís­tico … …toda­vía. (Risas) Y grito, lloro,como un pequeño. Y para mí, esa era toda la razón de ser del mundo. En ese punto com­prendí, al conec­tar esos dos pun­tos, que lo único que importa en mi vida es ser un gran padre. Por sobre todo, la única meta que tengo en la vida es ser un buen padre.Se me con­ce­dió un mila­gro, de no morir ese día. Y se me con­ce­dió otro regalo, que fue la posi­bi­li­dad de mirar el futuro y vol­ver y vivir de otra forma.

A uste­des que están volando hoy, los desa­fío a que ima­gi­nen que lo mismo les pasa en su avión — y por favor que no sea así — pero ima­gi­nen, ¿y cómo cam­bia­rían? ¿Qué es lo que harían, que aún espe­ran hacer por­que pien­san que van a vivir por siem­pre? ¿Cómo cam­bia­rían sus rela­cio­nes y la ener­gía nega­tiva en ellas? Y lo más impor­tante, ¿están siendo los mejo­res padres que pueden?

Gra­cias.

 

Ric Elias (TED)